Señor, amigo mío
Señor amigo mío,
me has tomado de la mano.
Iré contigo
sin miedo alguno
hasta el final del camino.
Contigo avanzo
entre el viento y el frío.
Avanzo, nada me importa:
te llevo en el corazón
conmigo.
Todo es danzar,
reír y placer.
Pero yo prosigo
buscando tu rostro
entre el griterío.
Caminaré ligero
entonando mi canción.
Sé que tú me esperas
a la vera de tu bella mansión.
Ahí estás Tú.
Si, estoy cierto.
Veo tu rostro a la mesa
donde están colocados
dos cubiertos.
P. Duval
"Dios habla sin cesar; jamás se calla. Sólo el alma atenta y recogida escucha sus palabras. La oración se nutre de silencio. Silencio de los sentidos, silencio de las pasiones, silencio del corazón."
CONSAGRACIÓN Y OFRENDA
Te ofrezco ¡Oh Dios mío¡:
Mis pensamientos para pensar en Tí,
mis obras para obrar según tu Voluntad,
mis trabajos para padecerlos por tu amor
y por la salvación de las almas.
Concédeme la gracia de:
Purificar mi memoria,
refrenar la lengua,
mortificar los sentidos y
dominar los sentimientos del corazón.
Haz que procure:
Obedecer a los superiores,
atender a los inferiores,
sacrificarme por los amigos,
perdonar a los enemigos
y dar a los demás el trato
que yo quisiera recibir.
Concédeme Dios Mío, conocer:
cuán frágil es lo terreno,
cuán grande es lo celestial,
cuán breve lo temporal,
cuán duradero lo eterno,
y cuán digno eres
Tu ser amado con todo
el corazón y toda el alma:
Te lo suplico en el nombre
de Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
"Acuerdaté de tu Creador en el tiempo de tu Juventud antes de que con la vejez venga el tiempo de la aflicción y se lleguén los años en que dirás: ¡Oh¡ años displicentes.
(Ecl. 12,1)
Nota: Recordemos siempre visitar a Jesús Sacramentado.
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