¡Ho Jesús¡
Te quedaste en el Sagrario:
Para acompañarnos noche y día,
como noche y día estabas con tus apóstoles.
Para alimentarnos, mejor que a aquellos cinco mil
a quienes alimentaste con cinco panes.
Ahora no sólo alimentas nuestro cuerpo, sino sobre
toda nuestra alma con la Santa Hostia.
Para bendecirnos con tu presencia.
Así como el Arca de la Alianza llevaba bendición
a cada sitio donde era recibida con fervor, así tu
Eucaristía lleva bendición a todas partes.
Para santificar los hogares y llevarles alegrías, como
cuando las Bodas de Canáan estuviste presente
e hiciste un milagro.
Para consolar a los enfermos. Siempre que fuiste
a un enfermo le llevaste salud.
Ahora cada vez que visitas con tu Eucaristía a un
enfermo, le llevas consuelo y santificación.
Para ser alimento para el viaje.
Eso significa la palabra "Viático",
alimento para el viaje a la eternidad.
Tu Sagrada Hostia sea como el Ramo de Olivo
que llevamos en nuestros labios al morir, y con ese
Ramo de Olivo, nos reciban en el Arca de Salvación
que es la eternidad feliz.
Amén.
"En los asuntos de importancia eleva el corazón a Dios antes de decidir"
San Juan Bosco.
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