¡Y pensar que hasta hoy no he sufrido,
que hasta ahora no amé como debía,
que sólo me acerqué a lo que quería,
pero que no lo quise bien querido¡
Sólo entreví la luz sólo el latido
remoto de lo que era mi alegría;
no amé del todo cuando amar creía:
hoy lo sé bien, que Amor he conocido.
No amé, sino que anduvo sin oriente,
dando vueltas en torno a la fuente,
creyendo amar sin haber amado.
¡Y eso mismo que ayer amaba en parte,
hoy lo amo totalmente al encontrarte,
centro de amor perfecto y desgarrado¡
Y pensar que hasta hoy no he sufrido...
José María Souviron
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