Comenzar es de todos; perseverar, de santos.
Que tu perseverancia no sea consecuencia ciega del primer impulso, obra de la inercia: que sea una perseverancia reflexiva.
El desaliento es enemigo de tu perseverancia.
Si no luchas contra el desaliento, llegarás al pesimismo, primero, y la tibieza, después.
Sé optimista.
JMEB
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